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Con la llegada del calor, las horas
de sol aumentan y el cuerpo comienza a teñirse de un bello color
dorado. Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, el sueño de
conseguir un bello bronceado se convierte en la obsesión de muchas
personas. El tono dorado luce espectacular en el verano. Pero no
olvide que en Arizona, lograr un hermoso bronceado puede ser peligroso
si no se toman las debidas precauciones.
Pero es la moda, pues en los últimos tiempos se observa una vuelta a las pieles bronceadas. Famosas como Gisele Bündchen, Geri Halliwell, Jennifer López, Elsa Benítez o Britney Spears lucen ahora siempre un suave color canela de pies a cabeza. Pero repetimos, ¡ojo! las precauciones han de extremarse, pues si no, su piel se resentirá. Disfrute del sol, pero no se olvide de mimar su piel. Destellos de Cristal y ContempoVals le enseñan como: |
El periodo más crítico para el bronceado se da durante los primeros días de exposición, cuando la piel se enfrenta al sol después de muchos meses protegida y pasa del color blanco al dorado: su grado de vulnerabilidad es inmenso. Aunque todo depende de cada tipo de piel. Las pieles mate segregan gran cantidad de melanina oscura, muy protectora; las pieles claras, en cambio, tienen melanina en muy poca cantidad: se queman antes de tostarse y están más expuestas a la aparición de manchas y otros problemas de la piel. Por este motivo, la resistencia o fuerza de la piel ante el sol, es decir, su tono o color, determina cuál es el número de factor de protección solar que se debe usar en cada caso. Una piel sensible debe emplear, como mínimo, un factor 15, para evitar alergias y rojeces. Además, debe tener en cuenta que las horas de mayor intensidad lumínica y radiación solar son las que cubren la franja horaria del mediodía, de 1 a 4 de la tarde. ¡Evítelas! |
Las exposiciones deben ser siempre graduales y progresivas. Protegerse con un factor de protección total si se tiene problemas de manchas. Si hace mucho deporte o le gusta entrar y salir del agua, recurra a productos waterproof o resistentes al agua. Cada hora, reaplique el protector solar, dado que éste se degrada a causa de la exposición solar, el roce con la toalla, el sudor y las zambullidas. Las pieles sensibles deben usar protectores solares específicos para su tipo de piel, y así prevenir riesgos de alergia. En las zonas fotosensibles, tales como contorno de los ojos, el escote, el pecho, los hombros o el empeine de los pies, se debe usar un factor de protección más alto. Aplique los productos de protección siempre al menos media hora antes de exponerse al sol, y en una capa muy generosa para asegurarse la protección adecuada. Convierta el uso de productos after sun en una sana costumbre tras cada exposición solar. |
No conviene exponerse al sol entre las 13.00 y las 16.00 horas, cuando éste está en su máxima intensidad, pues son las horas más peligrosas. Si hay un problema de sobreexposición, no conviene usar cremas demasiado grasas, y está totalmente desaconsejado el uso de cremas con ácidos o exfoliantes. Durante la exposición solar, evite beber alcohol y las comidas pesadas, y no olvide beber agua en abundancia. Procure no quedarse nunca dormido mientras toma el sol, pues el descuido puede perjudicar a su piel. No se confíe en los días nublados o cuando se encuentre bajo una sombrilla: el sol sigue estando ahí y, aun así, es posible quemarse. |
Su secreto radica en un agente llamado DHA que, al contacto con los aminoácidos de la piel, la tiñe y le da un color anaranjado similar al bronceado. Una de sus grandes ventajas es que es totalmente inocuo, ya que no afecta más que a las capas superiores de la epidermis. |
Y es que los estragos en la superficie y en las capas profundas de la piel pueden existir aunque no se manifiesten externamente. El primer síntoma pernicioso es la deshidratación; en la piel se forman arrugas, aparecen manchas pigmentarias, los anexos cutáneos se atrofian y las defensas inmunitarias disminuyen. En segundo lugar, la estructura del colágeno resulta modificada y, como consecuencia, se produce el envejecimiento cutáneo. Querer estar morena a toda costa lleva a algunas personas a sufrir consecuencias nocivas por no adoptar unas mínimas medidas de precaución. No sólo se puede padecer enrojecimiento de la piel, sino que el sol excesivo puede provocar un melanoma maligno. Por ello, cada vez más se insiste en concienciar a la gente de los cuidados que debe tomar antes y después de la exposición solar. |